¿Qué es el flujo de caja?
El escenario para las empresas se vuelve muy complejo si no tiene la capacidad de pagar sus obligaciones. Esto no quiere decir que sean malas empresa o que no tienen ventas suficientes. Hay empresas que tienen un nivel de ventas considerable e incluso mayores a sus gastos, pero pueden existir desfases de tiempo importantes entre que se genera la venta y se recibe el pago. Este gran detalle puede empezar a generar una pequeña bola de nieve que puede incluso llevar a una empresa a la quiebra.
Los resultados de un flujo de caja permiten tener una visión de los recursos en efectivo en el corto y largo plazo. Esta información es esencial cuando queremos afrontar una oportunidad de inversión o no queremos tener problemas para pagar una obligación que hemos contraído.
Además, este informe permite mejorar el control de las finanzas y eso da una importante ventaja al momento de tomar decisiones sobre el rumbo de la empresa, porque esta “tranquilidad” permite tener una perspectiva más racional de las cosas.
Al tener claridad sobre cómo marcha la empresa en el día a día, es posible saber si los resultados obtenidos son los esperados. De ser negativos, esta información financiera es la clave para identificar la forma de corregir el rumbo.
En la misma línea, se trata de una herramienta que permite detectar los factores que están provocando pérdidas y que obstaculizan el logro de las metas planteadas.
De modo que un flujo de caja saludable permite “tener todo bajo control”, pues disponemos de una visión macro de las finanzas de la empresa y contamos con información de carácter estratégico que permitirá -por ejemplo- realizar compras a los proveedores de manera inteligente o cumplir con los compromisos dentro de los plazos estipulados, entre otras cosas.
Atendiendo a lo anterior, es importante considerar que un flujo de caja negativo significa que los denominados activos corrientes están disminuyendo. Y aunque un informe positivo es lo que más nos conviene -porque eso genera confianza en los acreedores o inversores para seguir poniendo más dinero en nuestro proyecto, o para otorgar facilidades al momento de pedir créditos-, ambos estados permiten tomar decisiones sobre el futuro de la empresa.
Por ello, un informe negativo
no es el final del camino. Analizarlo permitirá tomar acciones correctivas a
tiempo para mejorar los resultados y presentar -ante terceros- a la empresa
como una entidad capaz de enfrentar períodos bajos, siendo más atractiva para
instituciones financieras e inversionistas. <!--[if gte mso 9]>
¿Cómo se trabaja un flujo de caja?
Básicamente, hay dos maneras de crearlo. Por un lado, está la manual o tradicional, es decir, pedir los libros contables que tienen asentados los ingresos y egresos y después crear un informe que -a grandes rasgos- contenga datos como:
1. Fondos Generados o utilizados por las operaciones
1.1 Recibidos de los clientes (Cuentas por cobrar de otros períodos y el actual)
1.2 Pago a Proveedores
1.3 Pago Honorarios y Remuneraciones
1.4 Pago Arriendo
1.5 Pago Intereses
1.6 Pago Impuestos
Total, fondos utilizados por las operaciones.
2. Fondos Generados o utilizados en actividades de inversión
2.1 Compra de Activo Fijo
2.2 Venta de Activo Fijo
Total fondos de inversiones
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3. Fondos Generados o utilizados en actividades de financiamiento (fuera de la operación)
3.1 Financiamiento de terceros (Préstamos)
3.2 Financiamiento de los dueños (Aportes de capital y retiros)
Total fondos de financiamiento
Es importante destacar que existen plantillas previamente diseñadas de flujo mensual, disponibles para todos quienes quieran utilizarlas. Éstas se pueden personalizar de acuerdo con las características de la empresa, permitiendo tener un registro financiero que obedezca al contexto de cada compañía. Sin embargo, puesto que los datos deben ingresarse uno a uno y de forma manual, se requiere de tiempo y concentración para preparar un informe con estas plantillas sin incurrir en errores o inconsistencias.
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